lunes, 28 de diciembre de 2009

annus horribilis para la hoteleria


Termina un año difícil: crisis global, falta de confianza en los mercados, bajón en el consumo y como consecuencia el Turismo debilita su demanda y por tanto golpea directamente las cuentas de explotación del sector.

Aunque tardó en llegar, la crisis también se adentró en la hotelería nacional.

Durante el 2009, el séctor hotelero no ha puesto solución a la falta de demanda sino que ha tomado decisiones para salvar los muebles.

Es lógico que el sector no ofrezca soluciones en plena crisis si durante los últimos 30-40 años ha tirado de la inercia del mercado olvidando puntos estratégicos como la distribución, la fidelización, la diferenciación o el valor de los recursos humanos por nombrar los más destacados, centrándose únicamente en el producto -un lavadito de cara cada diez añitos y a correr- y en el precio de venta sin importar demasiado el servicio y la satisfacción de los huéspedes.

Los impulsos tomados han desembocado en decisiones equivocadas que tan solo ayudan a que el mercado se encuentre a merced de los intermediarios. Ahora más que nunca.

La lucha por la visibilidad en la red ha dado un protagonismo extra a los IDS más potentes y éstos no le hacen ascos a los dulces.

Y empieza el 2010.

Deseo que el sector tome consciencia de que los impulsos no son estrategía y que los impulsos nos llevan a soluciones parciales que a la larga hasta producen un efecto contrario al deseado en nuestra cuenta de explotación.

Deseo que el sector tenga el suficiente sentido comun para priorizar estrategías empezando como debe ser, por las bases y los cimientos aunque siempre atentos a las oportunidades que nos ofrece el entorno social 2.0 desarrollando aquellas actividades y acciones acordes a la dimensión de nuestro/s hotel/es. No todas las empresas tienen el budget de Pepsi & Co ni por supuesto su dimensión y alcance.

Los mejores deseos para el 2010.

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