miércoles, 20 de febrero de 2008

Steigenberger Frankfurter Hof, la esencia de la alta hostelería



Sin duda, el Steigenberger Frankfurter Hof es el hotel de los que he tenido oportunidad de alojarme el que representa la esencia de la alta hostelería.


Edificio majestuoso situado en el corazón de una gran metropolis como Frankfurt e inaugurado en el 1876 es el mejor escenario natural de la alta hostelería tradicional volcada en la satisfacción del cliente con un esmerado servicio en todas sus áreas.


La primera vista del hotel es su impactante edificio pero su coqueto lobby y zonas adyacentes en el que se nota que a pesar de sus 332 habitaciones nunca fue un hotel pensado para alojar a grandes grupos le da la personalidad de los "Grand" hoteles.


El lobby pequeño pero perfectamente distribuido con sus mostradores de entradas, salidas y conserjería, su pequeño jardín en frente de la Kaiser Platz, la elegancia y tranquilidad del famoso bar Autorenbar y la altura de sus habitaciones no son lo que le hacen especial para mí.


La gran diferencia entre los hoteles "Grand" y los hoteles de gran lujo de nueva generación está en el trato y servicio recibido. Sobre todo en el trato:


Ni una sola vez de las tres ocasiones que me he alojado ninguno de sus empleados (prácticamente con la mayoría de departamento incluidos restauración y pisos) con los que conversé o simplemente les solicité algo: gesticuló, alzó la voz, varió su timbre de voz, se adelantaron al final de mis rogatorias sino que me escucharon hasta el final y tal vez el promedio de edad era bastante más alto del probablemente deseado por el management del hotel pero el trato recibido ha sido siempre de una EXQUISITA ELEGANCIA.


Hotel histórico con personalidad.