viernes, 25 de febrero de 2011

Rentabilidad vs Ingresos y falta de profesionalidad y savoir faire de una encargada de Bar

Hoy me ha ocurrido un suceso desagradable pero que me ha hecho reflexionar.

Hace más de cuatro años que frecuento el mismo bar de lunes a viernes para tomar el café después de comer y a la vez, charlar unos minutos con las personas que, casi a diario, comemos.

Pues bien, el tiempo primaveral de hoy en Barcelona ha llenado la terraza del Bar. Cuando llegábamos, había una mesa libre pero nos la ha quitado una señorita porque se la habían otorgado en el bar (sic?). Sin problemas, mi acompañante y yo hemos cedido la mesa.

En lugar de ir dentro, hemos decidido esperar a que una mesa se levantara. Al cabo de unos minutos, una mesa ha quedado libre.

La gran sorpresa es que –la chica encargada de la terraza es nueva y no conoce nuestras costumbres- le ha dado la mesa a otra señorita que había llegado más tarde que nosotros porque………………… iba a comer en lugar de tomar un café.

Sabíamos, que en el interior, las mesas se conceden a los clientes que comen pero nunca en los cuatro años nos habían informado que en la terraza ocurriera lo mismo. Por supuesto, no hay cartel informativo al respecto. Si hay cartel de wifi gratis, pero no hay wifi (sic?)

La camarera de la terraza, frente mi pregunta si había que pedir tanda, me ha sugerido que hablara con la encargada del local.

Mi pregunta directa a la encargada del local ha sido: “Tienen preferencia las personas que comen frente a los tomamos café en la terraza?”

Su respuesta “claro, son más rentables” (sic?).

Tal vez generen más ingresos, pero más rentables seguro que somos los cafeteros por los siguientes motivos: margen neto y tiempo ocupado de la mesa. (de 1ª de gestión hostelería).

Y podría añadir –sin saber el dato si la señorita es cliente de menú regular- que es mucho más rentable un cliente repetitivo de café que uno esporádico de menú.

El despropósito ha continuado hasta el punto que yo mismo le he recordado que tiene el derecho de admisión reservado y que si molesto, me puede echar perfectamente.

Ya de por sí, la encargada del bar, desde su incorporación hace apenas un año, nunca se mostró receptiva con nosotros –el post es a titulo personal pero es rara la vez que voy solo a esta bar-, no te saluda, no te mira a la cara y casi te ignora a la hora de cobrar por ejemplo.

Ante todo esto, he cometido un error: Llamarla “desgraciada” delante de uno de los empleados. Si, lo reconozco, me equivocado insultándola.

La continuación es que habiendo decidido pedir un gin tonic para ver si “igualábamos los ingresos y darle una lección a la encargada”, nos hemos levantado para anular la comanda y cambiar de bar. En ese instante cuando he anulado la comanda, la encargada del bar quería ejercer su derecho de admisión pero no le dio tiempo.

De todo esto me quedo:

Me he equivocado.

Estoy seguro que nosotros sin generar más ingresos que la señorita del menú, éramos el cliente más rentable para el establecimiento en ese momento por: trayectoria para con el bar de más de cuatro años, margen neto y tiempo ocupando el espacio.

Te lo digo tó y no te digo ná!!

Y si, os digo donde ha pasado: el Café Berlín en Barcelona

DISCLAIMER: Por cierto, si pasáis por allí y os atrae el cartel de Wifi gratis, NO ENTREIS, nunca ha funcionado.

1 comentario:

Luis Miguel dijo...

Pues nada, ante este trato tan afable, habrá que cambiar de coffee place y ya esta, será por bares.
Que mal rollo, animo!!! Nos vemos en el proximo cafe.